Aventuras (y desventuras) en Andorra
🌄 La mañana comenzó con una de las misiones más difíciles del viaje: despertar a nuestros aventureros 🛌. Las puertas de las habitaciones parecían fortalezas inexpugnables 🚪, y nuestras manos ya sufrían de tanto tocar. Al fin, algunos se dignaron a abrir, con caras que daban más miedo que un dragón 🐉 recién salido de una cueva oscura. A duras penas logramos reunirlos a todos para que bajaran al desayuno 🥐🍳☕, un festín que los devolvió un poco a la vida tras la batalla del amanecer.
Con fuerzas renovadas, nos dirigimos hacia las pistas de esquí 🎿. Sin embargo, parece que algunos están desarrollando un concepto muy relajado de ‘clase’. Entre poner las botas, ajustarse el casco y hacerse los remolones 🕰️, cada vez llegan más tarde. Ya hemos decidido que mañana los despertaremos media hora antes ⏰. Durante las dos horas de clase, las caídas fueron un espectáculo 🤸♂️, pero también las risas 🤣 y algún que otro ‘ataque sorpresa’ con bolas de nieve ❄️. Los que están cogiendo el tranquillo a esto del esquí disfrutaron como nunca, mientras otros aún buscan el equilibrio perdido.
Después de tanto movimiento, el almuerzo en el restaurante Bianca 🍴 fue un regalo merecido. Hoy nos sorprendieron con una sopa de verduras 🌶️ tan picante que más de uno tuvo que pedir agua 💧 como si estuviera cruzando un desierto 🏜️. El plato fuerte fue una milanesa 🍗 acompañada de una ensalada fresca 🥗 y unas patatas fritas 🍟 que desaparecieron de los platos en cuestión de segundos. Aquí todo se aprovecha, porque con este grupo da gusto llevarlos a comer 😋.
Por la tarde, las pistas se llenaron de actividad 🏔️. Los más entusiastas siguieron practicando hasta el último minuto, mientras que los más cansados optaron por refugiarse en sus habitaciones 🛌. Eso sí, la planta 2 del hotel 🏢 ha empezado a ganar fama de ser ‘la sin ley’ 🤠. Entre risas y pequeñas travesuras, algunas habitaciones parecen salidas directamente del camarote de los Hermanos Marx 🎭. A pesar de todo, intentamos mantenerlos bajo control (al menos de día, porque de noche la cosa cambia).
Con la noche acercándose 🌙, cruzamos los dedos 🤞 para que esta vez podamos descansar en paz en las mullidas camas del Hotel Guineo 🛏️. Aunque, claro, con este grupo, nunca se sabe lo que puede pasar…
🔒 Recuerda: Lo que pasa en Andorra… se queda en Andorra. 😉